1.1. El Manifiesto Agile

En esta lección explicamos cómo un grupo de desarrolladores de software llegaron a la formulación de los principios de la gestión ágil y el impacto que este tipo de marcos de trabajo ha alcanzado en la gestión de proyectos y programas y el desarrollo de productos.

Historia

En 2001, un grupo de diecisiete expertos en software se reunían en un hotel de montaña en Snowbird, Utah, Estados Unidos, para dialogar sobre sus respectivas experiencias profesionales y, también, esquiar. Fue mucho más que un encuentro de colegas. De esa reunión surgiría el Manifiesto Agile, una declaración de principios sobre el desarrollo de software centrado en la aportación de valor al cliente. La mentalidad ágil muy pronto rebasaría el campo de la programación y contagiaría la gestión de proyectos, el desarrollo de productos tecnológicos y la gestión de servicios.

Los 17 de esa reunión de Utah eran Kent Beck, Mike Beedle, Arie van Bennekum, Alistair Cockburn, Ward Cunningham, Martin Fowler, James Grenning, Jim Highsmith, Andrew Hunt, Ron Jeffries, Jon Kern, Brian Marick, Robert C. Martin, Steve Mellor, Ken Schwaber, Jeff Sutherland y Dave Thomas,

Valores y principios

La base del manifiesto -el core, diríamos, adoptando el lenguaje de la informática- la constituían cuatro valores: 1) Individuos e interacciones sobre procesos y herramientas. 2) Software funcionando sobre documentación extensiva. 3) Colaboración con el cliente sobre negociación contractual. 4) Respuesta ante el cambio sobre seguir un plan.

Estos cuatro valores, a su vez, se desglosan en 12 principios para el desarrollo ágil de proyectos.

Interacciones, funcionalidad, colaboración, cambio… ¿Era el Manifiesto Agile un alegato contra la planificación estratégica? En este momento toca moderar las expectativas sobre los alcances de la agilidad.

Lo primero que se ha de tener en cuenta es que los 17 de Snowbird estaban centrados en su propio quehacer en el campo de la programación informática. Por otro lado, no partían de cero. El cambio cultural hacia los marcos ágiles se había venido manifestando en las empresas tecnológicas desde la segunda mitad del siglo XX. En dicho sector industrial no era poco frecuente el reconocimiento de que el consolidado modelo waterfall de gestión de proyectos no calzaba bien con las prácticas del desarrollo de software y, sobre todo, con la necesidad de clientes y desarrolladores de mantenerse en comunicación constante para garantizar entregas frecuentes de valor.

Así que los marcos agile no aspiraban inicialmente a plasmar su impronta más allá de los productos digitales. Pero muy pronto quedaría en evidencia que la complejidad, la adaptación al cambio o la transparencia de los procesos eran imperativos de otras áreas productivas, también.

Recursos de la lección

Próxima lección

1.2. Las claves de la agilidad

Disponible a partir de miércoles 8 de marzo.

Etiquetas de lecciones: Agile, desarrollo de software, gestión de proyectos, Kanban, Lean, LeSS, SAFe, Scrum

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